Largo itinerario desde el refugio de Merialles (1718m) a la pica del Canigó (2784m).
El sábado 27 de septiembre madrugamos para salir desde Piera: son las 5:30 horas. ¡¡Que palo eso de madrugar un fin de semana!!.
Desayunamos en la estación de servicio y cogemos la carretera hasta Martorell, para iniciar el largo trayecto por carretera hasta el pueblo de Castell.
Tras una larguÃsima pista forestal que va desde Castell hasta el refugio, al fin ponemos pie en tierra tras casi cuatro horas de conducciön.
Son las 10 y, evidentemente no somos los primeros en comenzar la ruta hacia la Pica. Hay muchos coches estacionados cerca del refugio de Merialles (1718m). Franceses que habrán pasado la noche allÃ.
Tiempo nada frÃo para la época de año en que estamos. Aún asà prefiero no quitarme el forro polar pues la primera hora del itinerario transcurre por el bosque del Valle del CadÃ.
La ruta es bastante sencilla, pues vamos llaneando durante más de una hora. Prácticamente no ganamos desnivel hasta rebasar la cabaña de Aragó (2125m). Eso nos permite disfrutar del magnÃfico paisaje que nos envuelve.
Tras cruzar el rÃo Cadà comenzamos a ganar unos metros de desnivel para llegar a una zona de prados donde pastan muchas vacas. AllÃ, con la vista del bosque hacia abajo y las montañas que cierran el valle hacia arriba, hacemos un descanso junto a la cabaña Aragó. El lugar es precioso. SerÃa una buena ruta para realizar con niño. Lástima que desde Barcelona hayan tantos kilómetros para un sólo dÃa.
En fin, comenzamos a remontar la suave pendiente que nos aproxima al pico de Barbet. Por primera vez aparece, a la izquierda, la Pica del Canigó. Tenemos dos opciones para llegar a ella.
O bien tiramos por la ruta directa (pedrera arriba) o, la más habitual, por el largo camino que sube en lazadas por la ladera del Puig Sec (2665m).
Son cerca de las 14 horas y la cantidad de gente que baja de la Pica es impresionante. Parecen las rebajas. Es lo que tienen las cimas con un misticismo especial.
Fotos de rigor a la popular Xemeneia y último esfuerzo en la fácil y entretenida trepada final hacia la cubre. Prácticamente te comes la cruz al trepar por la última roca.
Más fotos de rigor frente al Canigó (2784m).
El descenso decidimos realizarlo directo por la pedrera. Para ahorrarnos el cansino camino que desciende en largas lazadas.
La vuelta por el Valle del CadÃ, aunque sencilla, se hizo pesada tras tantas horas de coche y de ascensión.
A las 17 horas llegamos al refugio de Merialles y para casa. Otras cuatro horitas más de coche.
Valió la pena, por eso.